Históricamente, los hongos siempre han sido más apreciados en Oriente, utilizándose durante milenios para el tratamiento de distintas enfermedades, dentro de la Medicina Tradicional China.
Aunque Occidente conoce las setas y su utilización hace tiempos remotos, en la Edad Media gozaban de muy mala fama por ser causa de muertes y hambruna.
A partir de los años 60, la Medicina Tradicional China (MTC) empezó a surgir en occidente, despertándose el interés por sus técnicas como la acupuntura pero también por el consumo de setas con fines terapéuticos (más tarde se incorporaron las algas).
China fue la cuna de la Micoterapia, siendo los hongos descritos, sistematizados y ordenados en 200 a.C., en “Pen-ts´ao King”, el primer tratado de fitoterapia. La farmacopea china utiliza más de 250 especies de setas medicinales, estando sus propiedades y utilizaciones definidas en un “Tratado de Materia Medica” datado de 1575.
La micoterapia es una terapia bastante reciente en Occidente. El término fue acuñado en 2006 y se utiliza para hacer referencia a la utilización de hongos con fines saludables, tanto en prevención como en complementación terapéutica integrativa.
Varias publicaciones científicas actuales concuerdan que los hongos poseen un enorme potencial para el desarrollo de nuevos tratamientos, algo que ya hace mucho se utiliza en Naturopatía para desequilibrios de diversos sistemas, desde el sistema nervioso al sistema hormonal, y de distintas dificultades, desde alteraciones del sueño a enfermedades neuro-degenerativas.
En estas investigaciones, todo parece apuntar que los efectos benéficos de los hongos son el resultado de la acción de algunas moléculas en el organismo, siendo los betaglucanos los más reconocidos. Sin embargo, los hongos poseen más de 150 moléculas bioactivas en su estructura (glicoproteínas, esteroles, enzimas, vitaminas y minerales) que se traducen en efectos positivos al ser humano, tanto por sus acciones específicas como por las sinergias existentes entre las moléculas (la importancia del Totum).
Una investigación reciente de la universidad de Pavia (Rossi et al.) estudió la suplementación de 3 cápsulas diarias de extracto de Cordyceps y dos de Reishi en un grupo de ciclistas de élite, con el objetivo de analizar el efecto de estos hongos sobre el síndrome de sobreentrenamiento y la bajada de rendimiento durante las competiciones. El estudio concluyó que la complementación con los hongos utilizados en la investigación modula y reduce el síndrome de sobreentrenamiento, siendo una buena opción para los deportistas que buscan mejorar su desempeño sin recurrir a prácticas nada éticas (los extractos de hongos no son considerados doping).
Este resultado se debe a que estos hongos aumentan la producción de energía metabólica (ATP) y favoreciendo la eliminación de ácido láctico, incrementando la potencia muscular y reduciendo el tiempo de recuperación muscular tras el ejercicio.
Para prevenir desequilibrios, se puede recurrir a la micoterapia de un modo mucho más natural, consumiendo hongos como alimento. En este caso, debenser consumidos junto con otro alimento rico en vitamina C, para mejorar la absorción a nivel intestinal. Aunque no sean totalmente absorbidos e interactúen con la flora bacteriana, recurrir a los hongos como parte de la dieta alimentaria traerá todas las ventajas de los hongos aunque no se alcancen concentraciones elevadas de ninguna molécula. Pero, como decía Hipócrates, “que tu alimento sea tu medicina”.
Incorporar los hongos (setas) en nuestros menús diarios es una buena opción que va al encuentro de lo que sugiere la OMS, reduciendo las proteínas de origen animal por otras proteínas más saludables y sin grasas saturadas.
Aquí, junto con las legumbres, pueden entrar las setas. Fuente de proteínas vegetales, las setas contienen los aminoácidos esenciales, además de enzimas, vitaminas y minerales.
La principal precaución a tener en cuenta es el origen de las setas. Como se sabe, todos los años hay varios accidentes por consumo de setas que, aunque muy parecidas con las aptas al consumo, son venenosas, ocasionando la muerte en muchos casos. Precisamente por este motivo es importante adquirir las setas en locales de confianza y, siempre que posible, con certificación de producción ecológica para evitar inconvenientes de acumulación de metales pesados o pesticidas.
Al día de hoy se conocen más de mil especies de setas con propiedades medicinales, aunque son pocas las que se utilizan de forma habitual.
Hay muchas opciones para tomar los hongos, pero todas ellas necesitan el paso a través del sistema digestivo y su absorción en el intestino. Se ha demostrado que varias de estas moléculas no consiguen traspasar la barrera mucosa intestinal, lo que es claramente una desventaja a la hora de utilizar la micoterapia. Por ello, el desarrollo comercial moderno de estos productos busca formulaciones y métodos que puedan colmatar esta dificultad, facilitando la entrada al flujo sanguíneo. Lo hacen con aditivos o coadyuvantes de la absorción intestinal, desarrollando productos de absorción sublingual y, por último, extractos de hongos en cantidades muy disminuidas (micoterapia vibracional).
Será útil tener en cuenta las distintas presentaciones posibles para elegir la más adecuada a la utilización que le vamos a dar.
Así:
Setas frescas, deshidratadas o en conserva – Ideales en la cocina por su comodidad. Incorporadas a la alimentación tendrán el algún efecto preventivo, en personas sanas;
Setas en polvo – Es una buena forma de consumir setas en conjunto con otros alimentos, añadiendo valor nutricional y los beneficios de las setas utilizadas. Se puede combinar con chocolate, miel, infusiones o caldos;
Complementos alimenticios – Lo encontraremos en forma de polvo, cápsula vegetal o comprimido. El comprimido es la peor opción ya que para conseguir la compresión adecuada se debe proceder a calentar el hongo en polvo y se pierden principios activos con las altas temperaturas. La forma en cápsula se puede tomar directamente (con un poco de agua u otro líquido) o abrirla y consumir el polvo. En la forma de complementos alimenticios, se puede aún optar por adquirir preparados de una solo seta o combinaciones de dos o más setas que actuarán de forma sinérgica para lograr la finalidad;
Setas en extracto – Es la forma más utilizada en Oriente, donde se toma la seta preparada en decocción. Este método permite extraer los betaglucanos que se encuentran dentro de las células del hongo, que, al quedarse solubles en el agua, aumentará la biodisponibilidad (de no ser así, se quedarían en las fibras insolubles de los hongos pasando intactos por nuestro sistema digestivo, sin pasar a la sangre.
Una vez elegida la presentación, se eligen los hongos que se van a utilizar. De igual modo se debe tener en cuenta que la composición nutricional depende de la especie de hongo y del sustrato donde creció. Esta elección debe ser consultada con un profesional que conozca los hongos y sus principales principios activos para lograr la finalidad propuesta.
Principales principios activos:
Betaglucanos – Largas cadenas de polisacáridos, organizados en triple hélice, con ramificaciones donde pueden estar unidas otras proteínas. La información actual nos indica que son las ramificaciones laterales las que poseen propiedades terapéuticas. Se ha descubierto también que los betaglucanos (al igual que sucede con las glicoproteínas) activan el sistema inmunitario por la propiedad de unirse al receptor del complemento 3 de las membranas celulares;
Glicoproteínas – Cadenas lineares de péptidos que se unen a las cadenas laterales de los betaglucanos. Suelen tener función inmunomoduladora, provocando un aumento en el número y actividad de las células inmunitarias (macrófagos, neutrófilos, algunos linfocitos T y células NK) al mismo tiempo que potencia la actividad citotóxica a través de la segregación de citoquinas específicas. Al ser inmunomodulador, regula el sistema inmunitario, impidiendo reacciones autoinmunes;
Triterpenos – Moléculas típicas de las plantas (aceites esenciales), a las que se atribuyen propiedades antivirales, hipotensoras, hepatoprotectoras, antihistamínicas y muchas otras;
Esteroles – Tipo de grasa, en la que se destaca el ergosterol (precursor biológico de la vitamina D), con acción antiviral y antitumoral;
Lectinas – Proteínas que se unen de forma temporal con los glúcidos, teniendo algunas de ellas la propiedad de aglutinar las células tumorales posibilitando evitar su proliferación;
Enzimas – Hay varios tipos de enzimas con importantes actividades biológicas. En los hongos, cabe destacar la superóxido dismutasa (SOD) y la lacasa que neutralizan radicales libres, previniendo numerosos desequilibrios orgánicos, las proteasas que limitan la proliferación celular evitando posibles metástasis y, la peroxidasa que facilitan la eliminación de sustancias tóxicas por parte del hígado.
Además de estas moléculas, los hongos contienen muchas otras, específicas de cada especie, como vitaminas y minerales, importantes para la manutención del estado óptimo de salud.
Algunas setas medicinales:
Champiñon del sol (Agaricus blazei)
Cola de pavo (Coriolus versicolor)
Reishi (Ganoderma lucidum)
Maitake (Grifola frondosa)
Shiitake (Lentinula edodes)
Cordyceps (Cordyceps sinensis)
Melena de león (Hericium erinaceus)
Coprinus (Coprinus comatus)
Polyporus (Polyporus umbellatus)
Champiñon de París (Agaricus bisporus)
Champiñon ostra (Pleurotus ostreatus)
Aunque los hongos se utilicen para promover la salud y bienestar, antes de empezar a consumirlos con esta finalidad es importante hablarlo con un profesional.
Hasta pronto,
Idália Viviana
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